Hay un sabor agridulce en las cosas que vemos y que sabemos que no serán. Por ahí estaba leyendo de algo que se llama micro duelos, esos que tenemos día con día y que en realidad nadie nota porque no son derivados de la perdida de un ser querido, de una mascota o de “algo importante”, pero están y también dejan huellas grandes y significativas en nosotros.
Como buen algoritmo, las redes sociales se la viviéndoos mostrándome videos de que “hay que soltar” de “dejar ir y de seguir con nuestra vida” ... y creo que en muchos de los casos tienen razón, pero no en esté. Porque que hacemos con lo que no es y no será, en realidad no hay nada que soltar o si? Será que necesitamos soltar la expectativa, la fantasía y el sueño? Será que necesitamos soltar la idea de otra de vida, de otra forma, de otra historia? Quizas y quizas mientras lo escribo voy acomodando en mi, eso que no será.
Los duelos grandes tienen pasos a seguir, porque cuando se trata de la perdida de alguien por una muerte o una ruptura, estamos plagados de manuales, guías y terapias que nos ayudan muchas veces a “sobrellevar” el duelo y el camino. Pero cuando hablamos de micro duelos, no hay una guía (quizás debería crear una) tampoco hay mucho que hacer, porque en realidad tu sabes que existe, lo vives y lo sientes pero solo se queda ahí, en ti.
Los "microduelos" se refieren a las pérdidas o cambios emocionales más pequeños, pero significativos, que experimentamos a lo largo de la vida. Son procesos de duelo que, aunque no tan grandes como la pérdida de un ser querido, sí requieren tiempo y espacio para ser procesados.
Déjenme darles algunos ejemplos de ellos:
La perdida de un trabajo.
El distanciamiento o perdida de un amigo/a o circulo social.
No quedar dentro de la universidad que querías.
No conseguir la casa que tenias en mente.
Y uno de los mas importantes a mi parecer: la renuncia o perdida de sueños, metas o anhelos. Porque en realidad nadie te prepara para enfrentar lo que ya no será.
Desde muy chica recuerdo que siempre me alentaron a “pelear y luchar” por lo que quería, me hicieron saber que si me esforzaba “yo podría conseguir lo que quisiera” y eso crea una idea muy errónea en nosotros; porque no todo lo que se quiere, se puede y no todo lo que se puede, se quiere.
Y no me mal entiendan, creo que en realidad vivimos plagados de está mala publicidad, vivimos rodeados de frases como “Echale ganas”, “si quieres, puedes”, “todo a su tiempo o todo se dará” (y creanme cuando les digo que soy la primera en fomentar la parte espiritual y positiva de la vida) y no, a veces nada de esto sucede así.
Tampoco es que esto esté mal, esto solo es parte de ser humano, esto solo es parte de vivir. Porque aunque creamos que somos seres individuales y que desde está individualidad se lograra todo lo que nos propongamos; dependeremos de un sistema, dependemos del otro, dependemos de una cultura y una sociedad. Y esto debe ser tomado en cuenta, queramos o no.
Pero bueno, volviendo al sabor agridulce de las micro perdidas; justo hoy una de ellas llego a mi vida, ya había estado rondando por aquí desde hace un par de meses atrás. Pero hoy se hizo mas presente y mas tangible para mi. Y saben algo, está bien ... en realidad todo está bien. Reconocerlo, procesarlo y darle su espacio y su tiempo para que de verdad cuaje ... creo que es una de las mejores cosas que puedo hacer.
Porque creo firmemente que a través de estas perdidas, aprendemos a despedirnos, nos adaptamos a la perdida y construimos una nueva identidad.
Y que quede claro algo “no me estoy resignando, no me estoy dando por vencida, no estoy cediendo a nada, no me pesa ni es una carga”. Es solo lo que es, un cambio, un nuevo camino, una nueva forma de pensar, un ajuste creativo.
Así que hoy, decido honrar lo que no será, para poder centrarme en lo que es, en lo que hay y en lo que si existe. Dandole espacio a mis emociones, acomodándolas en mi cuerpo y en mi vida. Haciendo hueco para guardar en un cajón de mi corazón, de mi mente y de mi cuerpo estas fantasías de una vida que no llegara (de la manera en la que me imagine que llegaría). Abrirle paso a lo que si llego y a lo que quiero que se quede conmigo.
Reconozco que hay poesía en estos desencuentros. Reconozco que tengo curiosidad por ver que nueva versión de mi, nacerá.